Migrando, que es gerundio

Tres años y medio. TRES AÑOS Y MEDIO sin actualizar el blog. Y por fin lo actualizo porque lo he migrado a WordPress. Bueno, ya estaba en WordPress, pero en un servidor propio, y ahora está en WordPress… en la nube.

Pues ya que estamos aquí, repasemos como hemos llegado a este punto:

  • BorjaNet nació en 2002, y estaba hospedado en un servidor operado directamente por mí, en casa. Ni centro de datos, ni servidores redundantes, ni pollos en pepitoria. Servidor Debian conectado directamente al ADSL. Con dos cojones. Y no solo eso: el servidor hospedaba mucho más que mi blog. El servidor DNS (de borjanet.com), el e-mail, otras páginas web, etc. todos en la misma máquina. Cómo se nota que soy de Bilbao.
  • En 2004, me mudé a Chicago para hacer el doctorado, pero el servidor de BorjaNet se queda en Bilbao. Y, claro, acaba fallando más que una escopeta de feria, y caen varias llamadas frenéticas del tipo «¡Arráncalo, Carlos, por Dios!» a mis padres cada vez que se cae el servidor. Así que, en 2005, lo migro a un «servidor virtual privado», osease, una máquina virtual en un centro de datos. Unos $30 al mes o, para que nos entendamos, unas 4,000 pesetas. Ni tan mal.
  • Entre 2004 y 2016, van cayendo poco a poco varios servicios hospedados en el servidor. Es que igual tener mi propio servidor BIND para dos o tres registros A o CNAME igual es un poco demasiado. Así que acabé migrando la gestión del dominio borjanet.com a Namecheap hace unos años. ¿Y las fotos? Pues antes para compartir fotos tenias que instalarte algo como el Gallery, pero ahora… las subes a la nube (y mas croquetamente a Google Photos) y te olvidas.
  • Lo último en caer, el año pasado, fue mi servidor de e-mail. Hasta 2017 estuve manteniendo mi propio Postfix, Courier, SpamAssassin, Amavis, etc. Y por muy h4x0r que sea esto de tener tu propio servidor de e-mail, al final es un poco cansino tener que estar al tanto de todas las actualizaciones de seguridad, y prácticamente imposible tener un filtro de spam tan bueno como el de los proveedores comerciales. Así que al final migré mi e-mail a Fastmail y, desde entonces, muy contento.

Y, al final, acabé con un servidor que solamente hospedaba un blog que apenas actualizo. Como he mencionado en varias ocasiones, la redes sociales se han cargado (al menos para mi) el hábito de sentarse cada 2-3 días a escribir un largo y pulido post sobre los más recientes acontecimientos de mi vida. Ahora voy a Twitter o a Medium, y me despacho ahí (eso sí, en la lengua de Chéspir).

En fin, he migrado el blog a WordPress.com, con el consiguiente cambio de look y desafortunada pérdida de alguna imágenes (que aparecían en los posts porque estaban hospedadas en mi ya difunta galería de imágenes). Es el precio del progreso pero, si queréis ver BorjaNet Classic, siempre podéis echarle un vistazo en el Wayback Machine.

Pero las cosas bien claras: BorjaNet no ha muerto. Aunque las actualizaciones ocurran cada 2-3 años, BorjaNet resiste, todavía y como siempre, al invasor.

POR CIERTO, ¿a quién le ha aparecido una notificación en su lector RSS sobre este nuevo post? ¿Queda todavía alguien de la vieja guardia, pendiente de nuevos posts, cuan Caballero del Grial al final de Indiana Jones y la Última Cruzada? Dejad un comentario. No seáis rácanos.

Escribiendo, que es gerundio

Como ya he comentado en varias ocasiones en BorjaNet, este blog fue durante muchos años mi válvula de escape cuando sentía la necesidad de escribir algo. Os recuerdo, niños y niñas, que hubo un tiempo cuando no teníamos ni Facebook, ni Twitter, ni Google+, ni ná, y nuestra «red social» eran los blogs. Me permito re-postear esta tira cómica de los inimitables Bilo y Nano, publicada allá por el año 2001 (de hace 13 años, señora).

Para los que sois demasiado jóvenes para recordar esa época de la Internet, creedme: tener un blog era la leche en patineta. Por lo tanto, cuando me entraban ansias de contar algún cuento o batallita, iba directo al blog. Ahora, en cambio, voy a Facebook o Twitter. Y es un rollo distinto porque, a diferencia del blog, se tiende más hacia posts breves y muy frecuentes en lugar de posts largos y explayados pero menos frecuentes. Ojo, que no tengo nada en contra de Facebook o Twitter. Me parecen medios fantásticos para compartir ideas, entablar conversaciones, etc. (aunque, a diferencia de los blogs, donde hay una mayor expectativa de escribir textos más largos y pulidos, en Facebook y Twitter es más fácil encontrarse con morralla que no le interesa a nadie. p.ej., «Jajajajaja, estoy plantando un pino!!! #lol #zurullo»).

Eso sí, la verdad es que, de vez en cuando, hecho de menos el escribir artículos más largos, del tipo que te requieren escribir varios borradores en lugar de simplemente escribir las primeras frases que se te ocurren y darle al Enter. Por eso todavía vuelvo al blog de vez en cuando. Sin embargo, a lo largo de los últimos años he tenido unas ansias de escribir que realmente no caben en este blog. De entrada porque son ansias de escribir en Inglés, y yo he jurado y perjurado que BorjaNet siempre será un blog en Español. Y, segundo, porque son ansias de escribir relatos cortos, ficción, etc., y este es un blog más orientado a contar mis batallitas personales.

En fin, que me he creado un perfil en Medium, que al parecer es el lugar más hip y cool para estas cosas:

Aparte de re-publicar un par de cosas que originalmente publiqué en Facebook, he publicado dos relatos cortos:The Wrong Original y Caroline’s New Office.

Venga pues, que ustedes lo disfruten.

¡Feliz 10º Cumpleaños, BorjaNet!

Casi no me lo puedo creer: hoy BorjaNet cumple diez años. Cuando empecé el blog, todavía era un estudiante de ingeniería informática en la Universidad de Deusto. Desde entonces, hay que ver cuanto ha cambiado mi vida. Resumiendo: me licencié (¿ingeniericé?), trabajé en Deusto como profesor un año, me admitieron en el programa de doctorado en Ciencias de la Computación de la Universidad de Chicago, escribí un libro, me pasé seis años sacandome el doctorado, me doctoré, trabajé un par de años como investigador en la universidad y, desde hace un par de meses, soy Director Asociado del Departamento de Ciencias de la Computación en la Universidad de Chicago.

Joder, la de cosas que han pasado por este blog. En diez años, de estudiante en Deusto a Director Asociado en una de las diez mejores universidades del mundo. A veces casi no me lo creo. Es surreal. ¿Como han podido pasar diez años, y tantas cosas, desde ese primer post?

La Interné también ha cambiado mucho en esos diez años. Cuando empecé a bloguear, los blogs eran lo más parecido que teníamos a una red social. Ahora tenemos el Caralibro, Google+, Twitter, etc. y, como ya he dicho varias veces, estos ultimos años he estado más activo en esas redes y el blog ha sufrido. No obstante, para mi el blog ha dejado de tener ese aspecto social (no nos engañemos, estos últimos años en BorjaNet ya solo comentan los sospechosos habituales de mis años Deustenses). Para mi, el blog se ha convertido en un tesoro biográfico. Cuando leo los posts de hace un año, cinco años, diez años, puedo revivir eventos de mi vida más vivamente, recordando detalles y emociones que se me habían olvidado por completo. Ahora, más que nunca, me alegro de haberme sentado a escribir en el blog cada vez que me entraban ganas de contar alguna historia o relatar algún viaje.

Y parece ser que, a algunas personas que me siguen en este blog, esas vivencias les resultan interesantes, e incluso se animan a comentar sobre ellas. Muchas gracias por aguantarme estos últimos diez años, y ya sabéis que siempre seréis bienvenidos en BorjaNet.

Pues eso, diez años. Canela fina, señora.

La sequía blogueril continúa

Hace dos años, reflexioné sobre la sequía blogueril por la que estaba pasando, y la atribuí (principalmente) a los nuevos medios sociales, como Twitter y Facebook. De hecho, llevo dos meses sin escribir en el blog, aunque eso no significa que no haya pasado nada interesante estos dos últimos meses. Simplemente he estado más activo en Twitter y Facebook y, últimamente, en Google+.

De hecho, Google+ seguramente acabará convirtiéndose en mi red social principal. Todavía está en desarrollo, pero la verdad es que me gusta bastante más que Facebook. Si tenéis cuenta en Google+, podéis añadir mi perfil a vuestros circulos para seguir mis idas de olla ahí. De hecho, incluso si no teneis cuenta en Google+, podeis ver mi perfil público (aunque solo vereis los posts que he «compartido publicamente»), e incluso podéis suscribiros al siguiente feed RSS para seguir mi perfil:

Eso sí, en Google+ sólo escribo en Inglés. Advertidos estáis. Por supuesto, en BorjaNet seguiré escribiendo, aunque a intervalos muy espaciados, como ha sido característico estos últimos años (excepto, por supuesto, si me embarco en un viaje o una aventura, en cuyo caso suelo volver al ritmo de escribir un post al día).

P.D.- Aprovecho para comentar que algo que me ha tenido muy ocupado estos ultimos meses ha sido un proyecto open source que por fin he lanzado publicamente hoy: Globus Provision.

Facebookeando

Como millones de otras personas, tengo un perfil en Facebook y, de vez en cuando, me llegan peticiones de «amistad» en Facebook de gente que lee mi blog. Sin embargo, tengo por norma aceptar unicamente peticiones de gente que conozco (la gran mayoría en persona; he aceptado a algún comentarista «de toda la vida» de BorjaNet un par de veces). Una lectora sugirió que crease una «página» en Facebook, para que otras personas pudiesen hacerse «fans» de BorjaNet en Facebook. Así que, si quereis proclamar a vuestros Facebook-amigos que os gusta BorjaNet, aquí lo tenéis:

Sí que le veo una posible ventaja: la página en Facebook está suscrita al blog, con lo cual aparecerá una pequeña notificación cada vez que haya un nuevo post. Aunque me parece que muchos de nosotros utilizamos lectores RSS para esos menesteres, todavía me encuentro con bastante gente que no utiliza un lector de feeds, con lo cual la página puede resultar útil para enterarse de cuando hay un nuevo post.

Seis años

Me mudé a Chicago el 19 de agosto de 2004. Hace ya seis años, que se dice pronto. Un compañero me dijo una vez que esto del doctorado se vive como en un limbo donde el reloj de tu vida se para. No le falta razón, porque esos seis años, más tiempo que el que pasé haciendo la carrera de ingeniería en Deusto, no se me han hecho tan largos. Sí, el día en el que me instalé en mi piso de Chicago, en el que todavía estoy y desde el cual escribo este post, lo noto distante, pero no tan distante. Casi parece que fue hace solo dos años cuando vine aquí.

En fin, este parece un buen momento para hacer algún tipo de reflexión sobre estos seis años de mi vida volcados en mi doctorado. Como en las series de televisión, voy a optar (de momento) por la opción fácil y barata: un «clip show«, con una narrativa comprimida de los últimos seis años, con enlaces a posts significativos. Bueno, me parecía la opción fácil y barata cuando empecé a escribir este post; al final, me he pasado varias semanas seleccionando posts, enlazandolos todos juntos, etc. Desde que me admitieron a la Universidad de Chicago, he escrito 465 posts (incluido éste), y aquí enlazo a una selección de 87 posts que me parecen bastante significativos de los últimos seis años. Para los que seguís el blog desde hace tiempo, espero que sirva para recordar viejas historias y anecdotas y, para los recién llegados, espero que sirva para daros una idea de los últimos seis años sin tener que recorrer cientos de posts.

Ale, que ustedes lo disfruten:

2004

Número de posts: 93

Todo empieza a comienzos de 2004, cuando me admitieron a la Universidad de Chicago. Así que me fuí a Chicago en Agosto para aclimatarme (Días 1, 2, …, 15, 16), me volví a Bilbao un par de semanas, y me volví definitivamente a Chicago antes del comienzo del año escolar.

Mi primer día de clase me peleé de nuevo con la matemática discreta. Después de toda la mudanza, los primeros días de clase, al final se volvió todo bastante rutinario, aunque todavía me costó acostumbrarme a tener que hacer exámenes de nuevo. También padecí mi primer invierno Chicaguense

2005

Número de posts: 101

Sobrevivir las asignaturas del primer año cada vez resultaba más tortuoso, aunque también me permitió hacer cosas bastantes chulas, como escribir mi propio kernel.

También escribí un libro.

Pasé un par de semanas en Madrid y Bilbao en Julio y me pegué un batacazo considerable con el jetlag.

Perdí a un fiel amigo.

Por fin, después de un primer año académico movidito, y un verano dando clases, en septiembre me pillé tres semanas de vacaciones para realizar un viaje por Europa con mi amigo Mike (Días 1, 2, …). También pasé varios días en Bilbao, por supuesto.

También flipé en colores viendo a John Williams dirigir varias de sus composiciones más famosas en directo.

2006

Número de posts: 94

Este año empezó mal (bueno, no tan mal). Dí mis primeras clases durante el curso académico (las del año pasado fueron en el trimestre especial de verano). Me compré una bici que todavía utilizo frecuentemente hoy en día.

Una vez más, pasé un par de semanas en Madrid y en Bilbao.

Me parece que fue a partir de estas fechas cuando la frequencia de los posts empezó a sufrir por mis multiples obligaciones académicas. No obstante, por estas fechas empecé a desarrollar lo que eventualmente se convertiría en Haizea, y empecé a buscar algún nombre en Euskera para el proyecto.

Entrevisté a Kirai.

Mi tesina empezó a tomar forma.

2007

Número de posts: 54

.. y el 3 de enero defendí mi tesina, y mi ritmo de vida se tranquilizó un poco. Incluso pude ver al padre de Padres Forzosos hacer un show de stand-up muy subidito de tono.

Tras saltar por los obligatorios aros, mi tesina resultó en un título de Master of Science. Poco después, reflexioné sobre la vida del «grad student».

Participé en la elaboración de un sandwich mundial.

En el verano, pasé un par de semanas en Bogotá, aunque al final no escribí ningún post sobre la experiencia. En resumen: fue muy chévere 🙂 Después de Bogotá, una semana en Madrid y otra en Bilbao, como los dos años anteriores. Después del verano también tuve ocasión de visitar Alabama, donde por fin pude conocer la «América profunda».

Me plantee sacarme por fin el carnet de conducir y, tras aprobar el teórico, las clases de conducir, y aprobar el práctico, por fin me saqué el carnet. Incluso me animé a hacer un pequeño road-trip, que disfruté bastante.

Por cierto, este año BorjaNet cumplió cinco años.

2008

Número de posts: 59

Tras sacarme el carnet y hacer el road trip (que fue con un coche alquilado), me compré el Borjamóvil, lo que supuso tratar con vendedores de coches usados, todo un mundillo.

Al igual que años pasados, en invierno hizo un frio acojonante aquí en Chicago, aunque esta fue la primera vez que nos advirtieron que salir a la calle conllevaba un riesgo de morir de frío.

Bill Gates dio una charla en la universidad, y soltó una parida monumental sobre como los desarrolladores de software libre nos ganamos la vida como peluqueros.

Google aceptó a Globus en Summer of Code y, esa misma semana, un artículo científico que me había deslomado preparando fue aceptado en una conferencia bastante importante. Una semana estupenda que todavía recuerdo.

Experimenté con dejarme barba. No he vuelto a hacerlo.

Hubo un terremoto (leve) en Chicago.

Por primera vez desde que me mudé a Chicago, pasé un periodo extendido en España (más de un par de semanas). Pasé el verano en Madrid, trabajando en la Universidad Complutense. Tras casi cuatro años fuera de España, sufrí bastante shock cultural inverso. También descubrí que Café & Té me robó mi paella. Ese verano también hice el primer release de Haizea. En total, fue uno de los mejores veranos de mi vida.

A la vuelta de la estancia estival en Madrid, llegué a EEUU en plena vorágine electoral, y pude seguir la elección de Barack Obama en vivo y en directo desde Chicago.

Poco después, realicé y aprobé mi examen de candidatura (algo así como la propuesta de tesis).

Otra alegría: nuestro equipo de programación (al cual yo entreno) se clasificó para las finales del International Collegiate Programming Contest (ICPC), algo así como el «mundial de la programación».

A diferencia de todas las navidades pasadas, volví a Bilbao en Navidad. Añadí un toque americano a las festividades, preparando un suculento Turducken para Nochevieja.

2009

Número de posts: 29

Pensaba que el año pasado habíamos tenido un invierno brutal. Me equivoqué. Nos tocó vivir el invierno más frío en 15 años. Un día, la temperatura alta fue -18C.

También viví la inauguración de Barack Obama en vivo y en directo.

Vinieron a visitarnos al campus el grupo de «God Hates Fags», para protestar que, al parecer, somos un campus demasiado gay-friendly (porque, diantres, ¡toleramos la homosexualidad!). La respuesta por parte de la comunidad fue divertidisima.

La universidad me pidió participar en un panel para un grupo de estudiantes universitarios que están considerando hacer un postgrado. Resulta que todo el mundo en el público y en el panel era «de color», y el panel era sobre lo que suponía ser una persona «de color» en la universidad (me imagino que los organizadores, que no me conocieron hasta el día del evento, habían supuesto yo era latino-americano, no europeo). Como os podéis imaginar, en el panel yo saltaba un poco a la vista.

Fui a Estocolmo con el equipo de programación, para participar en el mundial de programación.

Volví a pasar el verano en Madrid y, ahí, conocí a Kirai en persona.

Y nos volvimos a clasificar para el mundial de programación.

Si da la impresión de que en este año pasaron menos cosas que en otros años, es porque la recta final de la tesis empieza a hacer mella y el blog sufre un poco de sequía.

2010

Número de posts: 35

Fui a China -un viaje impresionante– con el equipo de programación para participar, de nuevo, en el mundial de programación.

Durante el famoso Scavenger Hunt de la Universidad de Chicago, yo acabé siendo uno de los «objetos» que los concursantes tenían que encontrar.

A diferencia de los dos años pasados, no pude pasar el verano entero en Madrid, pero si que pude hacer una visita de dos semanas. Pude comprobar que Café & Té sigue sirviendo mis paellas.

Defendí mi tesis doctoral y lo celebré realizando un road trip post-doctoral (Días 1, 2, …, 16, 17).

A la vuelta, la universidad me invistió como Doctor.

Y, finalmente, escribí un post resumiendo los últimos seis años.

Y si me muero… ¿qué pasa con mi blog?

Hace un par de días nos notificaron que un antiguo compañero de doctorado había fallecido. Le conocía, pero no le conocía bien. Empezó el doctorado varios años antes de que yo llegase a Chicago (y se doctoró hace tres años), y era el tipo de compañero que conoces y reconoces, que saludas por el pasillo y, que si te lo encuentras en alguna función social, te puedes acercar a él y hablar sobre algo anodino durante un rato, pero poco más. No obstante, las noticias de su muerte fueron un poco chocantes; el pobre chaval no pudo haber tenido más de treinta-y-pico años.

Cuando recibí el e-mail notificando las malas nuevas, me picó la curiosidad por saber a qué se estaba dedicando (y, debo admitirlo, un poco de curiosidad morbosa por la causa de tan temprana muerte). En un par de clicks encontré su actual página profesional, su perfil en LinkedIn, un par de artículos científicos, etc. Sin embargo, todo daba la apariencia de que seguía vivo, aunque no me cabe duda de que eventualmente alguien en su compañía o borrará su página o añadirá alguna cabecera impersonal indicando «XXX falleció el día YYY. Mantenemos esta página solo por motivos históricos.»

En fin, todo esto me hizo plantearme qué le ocurriría a mi blog si yo estirase la pata inesperadamente. La verdad es que me gustaría que permaneciese disponible para «siempre», como documento histórico para todos mis allegados que me sobreviven. Para los que vayan a saltar con el argumento «los que escribís un blog personal sois unos narcisistas egomaniacos», y que garantizar la vida eterna de un blog es el summum de la egolatría, digo lo que digo siempre: a día de hoy, yo sigo escribiendo mi blog como si estuviese dirigido a toda la gente que conozco personalmente en España y que le interesa lo que tengo que contar aquí. Es para ellos a quienes estaría dirigido ese documento histórico (y, quien sabe, a cualquier descendencia que pueda acabar teniendo). Si le interesa a más gente, estupendo; si no te interesa, pues dirige tu navegador a otro sitio.

En cualquier caso, no menospreciaría el valor de conservar un blog post-mortem: mi bisabuela escribió en los últimos años de su vida una autobiografía, autopublicada y distribuida a sus descendientes, que nos ha permitido recordar la interesante vida que vivió a comienzos del siglo XX en España, incluyendo la Guerra Civil. Sin ese documento, todas esas experiencias, todas esas memorias se habrían ido perdiendo y obscureciendo tras pasar oralmente de generación a generación. Conservar BorjaNet tras mi muerte no es más que la versión moderna de lo que hizo mi bisabuela. Me intriga que un bisnieto mío a finales del siglo XXI se ponga a leer sobre «el viaje a Australia que se pegó el bisabuelo Borja a comienzos de siglo, antes de que se inventasen los teletransportadores; ¡pobre bisabuelo, tuvo que pasarse casi 24 horas en una gigantesca lata voladora!» (de la misma manera que mi bisabuela relata en su autobiografía lo arduo que resultaba viajar de Bilbao a Madrid a comienzos de siglo, un viaje que hoy en día resulta trivial).

Por supuesto, la conservación de mi blog plantea ciertos desafíos técnicos y legales. El servidor donde reside mi blog vive en un centro de datos, pero yo soy el único con acceso administrativo y pago una cuota mensual por él. Si desaparezco, y el banco cancela todas mis cuentas y tarjetas, mi blog desaparecería al cabo de unos meses. Todo esto me parece que tiene solución a través del testamento. A bote pronto, me parece que sería necesario incluir lo siguiente:

  • Designar un albacea cuya responsabilidad sea garantizar la supervivencia del blog. Si mi muerte fuese prematura, la verdad es que me gustaría que fuese alguien de confianza con conocimientos de cómo funciona un blog, como Txipi, Loretahur, MaY, etc. Si muero a los 80 años, igual podría ser un descendiente u otro pariente. Si no, tendría que dejar instrucciones para contratar a alguien.
  • Proporcionar al albacea los mecanismos para obtener acceso administrativo al servidor donde reside el blog. No basta con dejar la contraseña escrita en el testamento (seguramente la habré cambiado entre la escritura del testamento y mi fallecimiento). Me imagino que con un poder notarial bastaría; el albacea podría ir a la compañía de hosting y pedirles que le den acceso al servidor.
  • Decidir el mecanismo de conservación. Hoy en día, incluso si un blog desaparece, lo más seguro es que siga existiendo en múltiples caches (como el de Google), o en el Internet Archive. No obstante, me gustaría que futuros lectores siguiesen teniendo la facilidad de escribir «www.borjanet.com» y poder navegar por todos los posts. Por lo tanto, lo más fácil sería que el blog siguiese existiendo en su formato actual: un WordPress en un servidor mantenido por una empresa de hosting. Con que se siguiese pagando la cuota mensual, el blog podría seguir existiendo, en teoría, a perpetuidad.

    Eso sí, quien sabe como evolucionará la tecnología en una décadas o en un siglo. Igual para entonces tener un servidor web es algo totalmente arcaico o, si ocurre un gran cataclismo, la Internet incluso deja de existir. Por lo tanto, me parece que sería necesario añadir un poco de redundancia. Me imagino que con hacer un volcado de todos los posts y comentarios a texto plano, depositando multiples copias en varios lugares, sería suficiente (sería, además, un formato muy fácil de transmitir en un único fichero). De esa manera, siempre queda la opción de leer el blog como si fuese un libro (aunque sin la comodidad de navegar con un interfaz web).

  • Reservar una cantidad de dinero en el testamento para el mantenimiento del blog. Realizar todo esto involucra varios costes. Si el blog sigue viviendo en un servidor, yo estimaría que harían falta $40,000-$50,000 para pagar los costes de mantenimiento del servidor durante un siglo. Luego, salvo que el albacea sea un descendiente o un amigo dispuesto a realizar su labor por amor al arte, también hay que reservar un poco de dinero para pagar sus costes. Vamos, que si te interesa conservar tu blog post-portem, puede que no te salga barato, aunque siempre está la opción de abandonar el servidor y simplemente garantizar que sobreviva una versión en texto plano (que resulta más fácil de producir y archivar).

Pero aparte de los aspectos técnicos, me intriga especialmente el problema del ultimo post. ¿Qué será lo último que leeran mis lectores? Es decir, imaginad que vais a un blog de alguien que sabéis que ha fallecido. El último post podría ser éste:

Ya estoy listo para irme. La maleta esta hecha. En 45 minutos cojo el minibus al aeropuerto. A las 17:10 (hora Chicaguense) despego, y mañana al mediodia llegaré a Madrid (previo paso por Londres). 289 días fuera de España. Se dice pronto.

Ale, el próximo post, desde Madrid.

Tiene un punto dramático. ¡Un último post antes de un terrible accidente aéreo! Pero, ¿y si el último post no es nada destacable como éste simple meme? La verdad es que preferiría menos arbitrariedad en el último post. Me parece que quedaría mejor preparar un mensaje de despedida, del tipo que, aunque sea un cliché, empezaría con «Si estás leyendo estas palabras, significa que he fallecido». A estas alturas, no me imagino que incluiría en este último post. ¿Igual una reflexión sobre toda mi vida? ¿Una larga lista de agradecimientos a todas las personas que han tenido algún impacto en mi vida? ¿La revelación de oscuros secretos? En cualquier caso, este texto tendría que formar parte del testamento, y sería la responsabilidad del albacea añadirlo al blog.

En fin, tras releer este post, me parece que merece la pena aclarar que no anticipo que vaya a morirme en un futuro cercano. Estoy muy contento con como va mi vida y no tengo (que yo sepa) ninguna enfermedad terminal. Simplemente es una paja mental que me he hecho tras recibir la noticia del fallecimiento de ese antiguo compañero. No obstante, pajas mentales aparte, no descarto hacerlo más adelante (sobre todo cuando tenga ahorrado suficiente dinero para garantizar la supervivencia del blog durante, al menos, un siglo). Que conste que no tengo ni la más mínima idea de como funciona todo el tema de testamentos, albaceas, etc., así que seguramente hay otras dificultades que no he anticipado (aunque, si al final hago todo esto, no dudeis que lo contaré aquí 🙂 Bienvenida sea cualquier aportación de lectores que entiendan de estos temas.

Y, por cierto, ¿Qué incluiríais vosotros en vuestro «último post»?

En «Café & Té» podéis tomar mis paellas

Hoy estaba de paseo por Madrid cuando me paré a tomar un café en «Café & Té», una cadena a la que tengo un cierto aprecio por los innumerables cafés que me tomé en mi juventud en el Café & Té de Moyua en Bilbao (aunque tengo que admitir que en los últimos años ha pasado de ser una «entrañable cafetería» a algo mucho más comercial + masificado).

En fin, a lo que iba. Mientras me tomaba mi café, no podía quitarle el ojo al letrero que había en la entrada, donde se anunciaba que ofrecían ¡Bocatas! ¡Platos combinados! ¡Pizzas! ¡Paellas! Y la foto de la paella me resulto familiar. Muy familiar. Así que le hice una foto:

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Cuando volví a casa, confirmé mis sospechas. A continuación teneis una foto de una paella que hice en Chicago en el 2005, y que subí a mi galería el 27 de marzo de 2005:

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Vamos, me parece que no cabe ninguna duda de que es la misma foto. Los pimientos rojos están distribuidos exactamente igual, el mismo ajo quemado en la mitad inferior, las asas idénticamente colocadas, etc.

¿Y qué pienso yo de todo esto? Pues la verdad es que me trae sin cuidado que hayan utilizado la foto. Podría argumentar que es una violación de la licencia de la foto, una Creative Commons con atribución y sin obras derivadas, lo que significa que tendrían que haberme atribuido la autoría de la foto y haberme pedido permiso para hacer una obra derivada. Sin embargo, el aviso de licencia de mi web no ha sobrevivido las múltiples actualizaciones del WordPress (el aviso solía estar en la columna derecha), con lo cual me imagino que ellos podrían argumentar que como no había licencia, pues no pasa nada, y blah blah blah. Tengo entendido que esto no es así: si no encuentras la licencia de una obra, no significa que esté en el dominio público. Simplemente hay que preguntarle al autor a ver como quiere licenciar esa obra antes de utilizarla (pero agradecería que alguien me lo confirmase). Lo que está claro es que lo correcto, y educado, habría sido haberme pedido permiso; las fotos de mi galería ya las han utilizado en panfletos, trípticos, etc. pidiendo permiso (que yo nunca he tenido problema en conceder; incluso me hace ilusión).

Para los curiosos, este es el Café & Té en la Carrera de los Jerónimos en Madrid (yendo de Sol al Congreso de los Diputados). Si tengo ocasión de hacerlo, me pasaré de nuevo para hacer una foto donde se vea claramente que la imagen de la paella aparece en el Café & Té.

ACTUALIZACIÓN: Mientras me recorría Madrid durante la Noche en Blanco, volví a pasar por el susodicho Café & Té y aproveché para hacer una foto donde se ve más claramente en resto del cartel, y el hecho de que es un Café & Té:

A lo largo de la noche pasamos en frente de varios otros Café & Té, y ninguno tenía ese mismo cartel. Puesto que Café & Té es una franquicia, es posible que el cartel con mi foto lo hayan hecho específicamente en ese Café & Té concreto (en lugar de uno que hace la compañía y reparte a todos).

500

Hace unos meses BorjaNet cumplió cinco añitos y, con este post, cumple 500 posts. Puesto que en el quinto cumpleaños ya expresé unos cuantos agradecimientos, me parece que podemos dejar pasar este arbitrario evento (basado en la percepción de «redondez» en múltiplos de potencias de 10) con menos fanfarria. That is all 🙂

¡Feliz Cumpleaños, BorjaNet!

Me cuesta un poco creerlo, pero hace cinco años nació BorjaNet. Un googol de gracias a todos los que me leéis, desde el principio o desde hace unos días, a los que comentáis y a los que lurkeais, a los que acudís raudos y veloces a BorjaNet en cuanto hay un nuevo post y a los que visitáis cada dos meses, a los navegantes errantes que acabáis en mi blog buscando una receta para magdalenas, a mis camaradas de la blogosfera, a los amigos de toda la vida y a las nuevas amistades que he hecho a través del blog… a todos vosotros, mi más sincero agradecimiento por permitirme disfrutar de vuestra compañía estos cinco años.