Shock cultural inverso

Mudarse a un nuevo país, e incluso visitarlo brevemente, puede provocar un shock cultural. Ciertas cosas se hacen de una manera distinta, otras cosas que nos parecen naturales resultan ofensivas en la nueva cultura (o viceversa), etc., etc. Este es un fenómeno conocido, pero (como ya adelantaba MaY en su post), lo que a mi me pasa es que cada vez que vuelvo a España sufro de «shock cultural inverso». Tras pasar un año entero en EEUU, hay ciertas cosas de mi propia cultura «materna» que me resultan extrañas. Y me parece que este año el efecto se ha exacerbado al tener que vivir el día-a-día en España (es decir, que ahora me toca ir a hacer la compra, hacer la colada, etc., cosas que en visitas cortas no tenía que hacer). En fin, a saber, los shocks culturales inversos que he observado:

  • El ritmo de vida español: Aquí he venido a trabajar, y la verdad es que el ritmo de vida español me resulta chocantemente distinto al que me he acostumbrado en EEUU. Ahí te pasas el día entero trabajando, con un minúsculo descanso de media hora sobre las 12 del mediodía para comerte un sandwich, una bebida, y poco más. Aquí en cambio llegas, trabajas, vas a tomarte un café con tus co-trabajadores a media mañana, trabajas un poco más, vas a comer -primer plato, segundo plato, postre, café, y sobremesa- (a las 2 de la tarde, como debe ser, no a las 12!), trabajas más, otro cafelito a media tarde, y sigues trabajando hasta terminar. Cuando a los americanos les cuento que ese es el ritmo de vida que llevamos, la reacción casi siempre es «Joer, que vagos sois en España, no?». No sé, yo sigo prefiriendo el ritmo de vida español… me noto mucho más productivo, y lo de tomar un almuerzo hecho y derecho, aunque requiera más tiempo, me energiza bastante más para el resto del día.
  • Ser peatón es muy jodido por aquí. En EEUU, cuando se cruzan dos calles pequeñas, siempre (salvo contadas excepciones) hay una señal de STOP para los coches y, además, el peatón tiene prioridad absoluta. Aquí, en las calles pequeñas que hay por todo Madrid, lo que impera es el ceda el paso (a otros coches) y al peatón que le den. Tienes que esperar a que un conductor caritativo decida que puedes cruzar. No me extrañaría que esto se debiese al hecho de que aquí conducimos todos con marchas, para minimizar el número de veces que tiene que parar el coche; conduciendo con marchas por Chicago, la verdad es que lo de tener una señal de STOP cada dos por tres sí resulta un poco cansino (algo que con los coches automáticos que imperan en EEUU no resulta tan incordiante).
  • Casi todo el mundo es blanco y delgado. Después de vivir cuatro años en Chicago, y muchas veces ser el único blanco en un vagón de metro, pues se me hace raro pasear por la calle y entrar en el metro y ver que casi todo el mundo es blanco… y delgado (y en «delgado» incluyo a la gente que está rellenita; lo que choca es no ver a gente con su propio campo gravitacional).
  • Hay que mostrar el DNI al pagar con tarjeta de crédito. En EEUU no te piden ninguna identificación y, para compras pequeñas, ni siquiera te piden la firma. No olvidemos que en algunos estados de EEUU ni siquiera piden identificación para votar (porque les parece una violación imperdonable de sus libertades personales y bla bla bla). Vamos a ver, lo de pedir identificación para utilizar la tarjeta de crédito me parece una excelente idea, pero no se me mete en el bolo que tengo que hacerlo. Todavía se me olvida inconscientemente sacar el DNI, y las cajeras me lo piden con cara de «¿Tu de qué vas, chaval?» (porque ven que no soy extranjero y que no tengo excusa).
  • Secar al aire libre, y planchar. Tengo que confesarme enamorado de las secadoras de aire caliente que hay en EEUU. Salvo para prendas delicadas, basta con meter la ropa recién lavada en la secadora, y al cabo de 45-60 minutos está seca. Además, si doblas la ropa recién salida de la secadora, ni siquiera hay que plancharla (excepto para camisas y alguna que otra prenda más complicada). Aquí no. Aquí toca planchar…

En fin, esos son los shocks culturales inversos de los que me he percatado de momento.

5 comentarios sobre “Shock cultural inverso

  1. 1.- Mi horario de trabajo no tiene tantas pausas ni de coña.
    8:15 – 11:30 Trabajar
    11:30 – 11:55 Descanso
    11:55 – 14:30 Trabajar
    14:30 – 15:30 Comer (Y yo preferiria comer en 30 min y salir antes)
    15:30 – 17:30 Trabajar
    A casa!

    2.- Aquí en Santutxu hay un cruce que yo llamo cariñosamente «el cruce de la muerte»… y eso pasando por los pasos de cebra! :S

    3.- ¡Y yo andando en bici para quitarme el michelin! xD

    4.- Yo odio que no me pidan el DNI. Pienso que cualquiera que me robase la tarjeta podría sacarme unos cuantos cientos de euros. Y lo de no pedir la identificación para votar no tiene nombre… asi saldría Bush…

    5.- En casa tenemos secadora ^^ Y la verdad hace poco pensé en poner un post de porque en España a la gente no le importa secar sus «vergüenzas» a la vista de todos xD

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  2. A mi me pasa exactamente lo mismo cuando vuelvo a Bilbao!

    Eso de trabajar de 8 a 17, con una hora para comer, reposar, respirar, etc, no seria aceptable en nuestro pais.

    Lo de tener que ensenyar el DNI, de tan acostumbrado que estoy a no tener que hacer, me acaba cabreando, y ha habido veces que no me han dejado pagar las compras en el Eroski por no tenerlo. Eso si, no les importa si les ensenyas identificacion extranjera, que es lo que suelo hacer la mayoria de las veces. Lo que me sigue chocando es que te piden el «DNI», como si todo el mundo tuviera uno, o supiese lo que es! Mi novia no supo que hacer la primera vez que se fue de compras sola en ECI.

    Pero desde luego, el mayor shock que tengo yo es la falta de espacio. En Norte America (con excepciones contadas, como los centros de grandes ciudades y Quebec City) casi todo es a lo bestia, y al volver a Bilbao, sentirme en ese botxo me parece rarisimo.

    Aun asi, me muero de ganas de volver a casa, y no lo cambiaria por nada!

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  3. Creo que como una buena herencia Española en Colombia el horario y descansos en el trabajo es muy similar a España. Entramos a las 8:00-8:30 am, salimos a las 10:30 a tomar una café, salimos a tomar el almuerzo a las 12:30 pm hasta las 2:00 pm, a las 4:00 otro café y entre 5:00 y 6:00 pm se termina el trabajo.

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  4. Borja, estoy de acuerdo contigo. Soy americano y acabo de pasar el año pasado en Zaragoza, y se notan mucho las diferencias entre los dos países. Para mí el shock cultural fue muy fuerte. Por ejemplo, los españoles se visten mucho mejor que los americanos. Allá casi todos se visten de la moda. ¡Aquí hay personas que se levantan de la cama y van para hacer compras en pijama! También los españoles son muchos más amables que los americanos en general. También a los españoles les interesa más el político domestico e incluso internacional. Hay americanos que no saben los nombres de todos los estados de su propio país. Y lo del horario sí que es verdad. Aquí las tiendas abren a las 8:00, quizás un poco antes, y también están abiertas durante todo el día.

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